Detengamos los jets privados megacontaminantes

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Sólo el 1% de las personas son responsables del 50% de las emisiones de la aviación mundial. Un vuelo en jet privado causa entre 5 y 14 veces más emisiones de CO2 que un vuelo comercial regular por pasajero, y 150 veces más que un viaje en tren de alta velocidad.

Si queremos cumplir los objetivos europeos de reducción de emisiones, necesitamos una rápida disminución de las emisiones producidas por el sector de la aviación. En estos momentos, no existen alternativas a la aviación de gran escala que no sea impulsada por combustibles fósiles. Si se regula el uso de los aviones privados y se anima al sector a acelerar la innovación, podremos avanzar hacia otros modos de viaje de bajas emisiones de carbono. Los aspectos ecológicos y sociales de la electrificación y otras formas de alimentar el transporte deben estar en el centro de la innovación, para garantizar que la transición verde para acabar con el consumo de combustibles fósiles (como las actividades extractivas) se haga de la forma más sostenible posible.

Por ello, los Estados y otros organismos reguladores como la UE deben tomar las medidas adecuadas para desincentivar los modos de desplazamiento altamente contaminantes, y animar tanto a las empresas como a los individuos a orientarse hacia una movilidad alternativa y baja en carbono.

Por ello, pedimos a la UE y a sus Estados miembros que

• Establecer un impuesto en toda la UE sobre los aviones privados basado en el impacto climático del vuelo
• Prohibir los aviones privados con combustibles fósiles en los aeropuertos de la UE a partir de 2030, con una lista clara de excepciones para emergencias médicas y de otro tipo